Desde practicar senderismo hasta la preparación de una comida campestre nos puede poner en contacto con la riqueza natural que nos rodea y que muchas veces despreciamos dedicando los días festivos a aburrirnos delante de la televisión “castigando todas las costuras del sofá”.
Por Andalucía está muy extendida buscar espárragos, collejas, tagarninas, cardillos u otras plantas comestibles que debidamente preparadas abre al paladar un sinfín de sabores y nutrientes naturales que envidiarían a los restaurantes más famosos.
Últimamente se ha generalizado mucho buscar hongos y setas en el campo y en la sierra que, con unos conocimientos previos muy básicos, pueden poner a nuestro alcance un mundo tan fascinante y sabroso como es el de la micología.
Pero a veces cuando no es tiempo de setas o el clima no es favorable a su desarrollo en ambiente natural podemos aprovechar cualquier rincón de nuestra casa, cochera o desván para cultivar setas.
La que os muestro en la foto es la seta cuyo nombre científico es Pleurotus Ostreatus que la he obtenido comprando una alpaca de paja con esporas de esa especie y con la que creo que obtendré cuatro o cinco kilos de sabrosas setas tan naturales como si las hubiese recolectado en la mismísima Sierra de Cabra.
